EL BULLYING DE SAMUEL QUE NO AGUANTÓ TUTO

¿Quién diría que en plena carrera presidencial boliviana tendríamos que hablar de “bullying”? No el que sufren los niños en el colegio, sino el que, según parece, habría sufrido un expresidente de la República a manos de su contrincante dentro del llamado Bloque de Unidad. Así es. Tuto Quiroga decidió romper el pacto de unidad… porque Samuel Doria Medina lo habría «atacado», «emboscado», «ignorado», e incluso “divulgado preguntas”. Todo eso, dice él, le resultó insoportable.

La historia comenzó bien. El 17 de diciembre se anunció el tan ansiado Bloque de Unidad, con la firma de Tuto, Samuel, Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho. El acuerdo era claro: de ese bloque saldría un solo candidato presidencial, definido mediante encuestas privadas. Se elegirían tres encuestadoras (una por Samuel, otra por Tuto y una tercera en consenso), y se respetaría el resultado.

Pero todo se vino abajo cuando Tuto, el pasado viernes 4, anunció que no se sometería a las encuestas pactadas, argumentando un posible riesgo de inhabilitación. Sin embargo, los propios vocales del TSE y la SC 0015/2021 demostraron que esa amenaza era infundada. Desvanecido el argumento, sacó el artículo 238 de la LRE, que solo es aplicable en caso de difusión. Lejos de volver al camino acordado, Tuto empezó a lanzar, una tras otra, nuevas excusas: que las encuestas las pagaba Samuel, que lo atacaba, que lo emboscó, que divulgó preguntas.

¿Un líder fragil?


Tuto, con una soberbia desmedida, terminó pareciendo un muñeco de cristal. La política —y más aún la interna entre precandidatos— no es una ronda de naipes, es un campo de batalla. ¿O acaso no ha visto cómo se sacuden entre ellos los precandidatos republicanos o demócratas en Estados Unidos?

Que Samuel lo haya “atacado” verbalmente o que haya temido al fantasma de ser inhabilitado no justifica la ruptura de un pacto con aspiraciones nacionales. ¿Era eso suficiente para dinamitar el bloque? ¿No era más sensato replantear el pacto, discutirlo y resolverlo internamente?

Una jugada desesperada


Todo apunta a que Tuto temía perder la encuesta. Las últimas mediciones lo mostraban por debajo de Samuel, aunque sea por poco. Ese fue el verdadero problema. De inicio, hizo un mal cálculo político: pensó que arrasaría con Samuel. No era bullying, era miedo. Miedo a que su liderazgo histórico ya no tenga el arrastre de antes. Y, en lugar de enfrentar ese dato, prefirió patear el tablero, buscar excusas legales y disfrazarse de víctima.

A estas alturas, Tuto parece haberse metido en un laberinto del que no sabe cómo salir. Y lo que más molesta no es que haya decidido no participar, sino que lo haya hecho en el peor momento, rompiendo el único esfuerzo serio por una candidatura unificada de la oposición.

Conclusión: un costo político que Tuto no midió
Fui ingenuo al pensar que el pacto resistiría. Que, por una vez, los egos quedarían de lado. Pero romperlo por un supuesto temor a ser inhabilitado, con la chicana además de estar “acosado” por Samuel, no solo es políticamente torpe, sino también una falta de respeto al ciudadano que esperaba una alternativa seria y responsable.

Muchos pensarán que esto es una defensa a Samuel. Se equivocan. No tengo candidato aún. Pero sí tengo claro que la ruptura del Bloque de Unidad hoy le sirve la mesa al MAS. 

Una vez más, la oposición se dispara al pie, y esta vez, por no saber aguantar un “bullying” político que nunca fue tal.

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