El violento asesinato del líder indigena Francisco Marupa en la comunidad Leco, pone en evidencia el grave riesgo que enfrentan las comunidades ante los intereses y el avance de la minería ilegal de oro, en el Norte de La Paz.
“Me enviaron a matarlo”, habría dicho el principal sospechoso detenido por la Policía que busca a otros sospechosos.

El detenido declaró en primera instancia que acuchilló a la víctima y después dijo que lo mató utilizando una flecha de metal, sin embargo la Policía informó que Marupa recibió una bala en la cabeza y fue cercenado con un machete, aún se espera conocer el resultado de la autopsia.
Este crimen, que ocurrió, el viernes conmociona a los pueblos indígenas, que ven materializado el peligro que viven ante el poder y descontrol de la minería ilegal. Marupa era un destacado defensor de los
Territorios Indígenas y rechazaba el avance de la minería ilegal y la talande árboles en el parque nacional Madidi.
Según la Central de Pueblos Indígenas de La Paz (CPILAP), el asesinato está vinculado a las presiones por la explotación de oro en la región. La comunidad exige justicia y garantías para proteger a los defensores del medio ambiente.
REACCIÓN INTERNACIONAL
Unión Europea y sus Estados Miembros expresan su indignación y condenan asesinato de Francisco Marupa el defensor y líder indígena del pueblo Leco, piden a las autoridades bolivianas que se encuentre a los responsables del crimen.
“Nos solidarizamos con su familia y su comunidad. Este trágico suceso es una alarmante muestra de los riesgos y amenazas que enfrentan los pueblos indígenas en Bolivia. La violencia, el despojo de tierras y la expansión de actividades ilegales en parques nacionales atentan contra la vida, la seguridad y los derechos de las personas”, dice el comunicado.
🖋️ Zabeth Riva A.
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