El Tribunal Supremo Electoral ha convocado a los candidatos que se medirán en el ballotage a una reunión el próximo miércoles 10 de septiembre en la ciudad de Santa Cruz. Una reunión del todo inútil, innecesaria y onerosa para el erario nacional, por lo demás paupérrimo y agotado. ¿por qué en Santa Cruz, si la sede del TSE es la ciudad de La Paz? Nada justifica ese gasto en pasajes, hoteles, viáticos, logística, etc. Se movilizarán decenas de funcionarios entre vocales, asesores y «personal de apoyo» … todo ¿para qué? … para decirles a los candidatos, por favor sean buenos, ya no se ataquen, no hagan «guerra sucia». Y claro, los candidatos obedecerán y ordenarán que cesen de inmediato las campañas negativas, que se cancelen todas las acciones que llevan a cabo los «guerreros digitales» y darán por disueltos los contratos millonarios con asesores políticos y con los principales portales que administran los algoritmos que dominan las redes sociales virtuales.
¿Con qué sanción concreta y específica amenazarán los vocales a los candidatos si persisten en su afán de destruirse mutuamente? … cri … cri … por supuesto que ya anunciaron que sólo pueden advertir con una «sanción moral» … algo así como sacarles la lengua si se siguen portando mal.
Es increíble como la ausencia absoluta de institucionalidad, provoca que la ciudadanía esté inerme ante la impunidad de la agresión cibernética, a la que estamos sometidos todos.
Haría bien el Tribunal Supremo Electoral, en asumir con energía las prerrogativas y obligaciones que le impone la ley, y empezar a sancionar, primero pecuniariamente y, en caso de reincidencia con sanciones más drásticas a los autores y promotores de la «guerra sucia», en lugar de pagarse costosos viajes para reuniones que no sirven para absolutamente nada.