Por: Mgr. Fernando Berríos Ayala – Politólogo
En estos últimos días tres controvertidos hechos han marcado la agenda política, se ha hecho evidente de que el Tribunal Constitucional Plurinacional se ha dado a la tarea de entrometerse en las decisiones de otros Órganos del Estado, se ha metido a modificar la Constitución y ha alterado nuestro sistema normativo y lo que es peor aún, ha debilitado la institucionalidad de la Asamblea Legislativa Plurinacional y el Tribunal Supremo Electoral.
En el primero de los hechos, se conoció que el pasado lunes 4 de noviembre se había firmado la sentencia 0770/2024 que declaró desierta las convocatorias a las elecciones del Tribunal Supremo de Justicia de Beni y Pando ante el incumplimiento de los requisitos mínimos exigidos. Además, dispuso similar medida para las elecciones del Tribunal Constitucional Plurinacional en Pando, Cochabamba, Santa Cruz, Beni y Tarija. En términos de la propia sentencia declara desiertas las convocatorias, pero con una decisión extemporánea y sin respetar los tiempos establecidos en el calendario electoral. Es una clara injerencia a las determinaciones de otro órgano de poder, la sentencia no ha respetado el principio de preclusión que rige a todas las etapas de un proceso electoral (una etapa concluida no se puede revisar ni repetir) y disgrega la totalidad de las Elecciones Judiciales haciendo imposible la realización de estas elecciones. Primero: la sentencia no paraliza las elecciones, no es directamente contra el ente electoral, declara desiertas las convocatorias, el Órgano afectado es la Asamblea Legislativa que tuvo a su cargo la convocatoria y habilitación de candidatos, no es como una desubicada diputada dice que es problema del Tribunal Electoral en claro desconocimiento de la sentencia y la reglamentación electoral. El TSE en una muestra de incompetencia y debilidad absoluta, primero busca refugio en el sistema político y luego al no encontrarlo decide llevar a delante las elecciones de manera parcial. Ya desapareció la valentía del Presidente del Órgano Electoral que “prefería la cárcel antes que obedecer una sentencia que parcelaba el proceso electoral”. Segundo: la Ley de convocatoria a las Elecciones Judiciales y su Reglamento, establecen en su Artículo 4.- “La convocatoria al proceso de Elección de Autoridades del Órgano Judicial y del Tribunal Constitucional Plurinacional 2024 se realizará mediante Resolución del Tribunal Supremo Electoral una vez revisadas y aceptadas las listas de candidatas y candidatos preseleccionados, remitidas por la Asamblea Legislativa Plurinacional”. Vale decir que se determina hacer un proceso de todas las autoridades en su conjunto y no separadas, dos, la etapa de preselección de candidatos por la ALP ha precluido, así como la etapa de convocatoria al proceso electoral con listas “revisadas y aceptadas” que ya no admite revisión ni repetición. Para llevar adelante elecciones parceladas o separadas debe haber otra Ley de Convocatoria, seguir con el proceso así, es de fácil anulación y dejar todo el proceso inexistente (Creo que ese es el objetivo final). Y tercero: este proceso electoral judicial fue convocado para el 1 de diciembre de 2024, el 31 de octubre, el Tribunal Supremo Electoral determinó postergar las elecciones judiciales para el 15 de diciembre, ignorando ellos mismos el principio de preclusión y modificando fechas que alteran el calendario electoral aprobado, bendecido y lacrado. ¿no es necesaria otra Ley de convocatoria? ¿acaso se persigue por esta otra vía, anular las elecciones? Cerremos el Tribunal Supremo Electoral y sometámonos al Tribunal Constitucional Plurinacional.
Como el Tribunal Constitucional Plurinacional hace lo que quiere y lo que le viene en gana, ha determinado proscribir el retorno de Evo a nuevas elecciones cambiando la Constitución, en su última Auto Constitucional ha definido que la reelección presidencial sólo permite dos mandatos, sea continuos o discontinuos, esta primera parte muy adecuada a la interpretación de la no reelección indefinida, derivada de la mala redacción de la nueva Constitución y la distorsionada interpretación de unos magistrados que favorecieron en su momento a Evo, pero, en la segunda parte van más allá y extienden la restricción a todos los “cargos electivos”, impiden ejercer más de dos mandatos los presidentes del Senado y de Diputados, a los Alcaldes y Gobernadores, a senadores, diputados, asambleístas y concejales. El TCP es guardián de la Constitución y no está en sus competencias o alcances, modificarla. Lo cierto es que siguen usurpando funciones, así el país no tiene seguridad jurídica, nos tenemos que proteger de los hacedores de justicia ¡¡qué tal!! La cereza la puso el Tribunal Electoral que dijo que acataría esta determinación, es el menú a la carta.
El último de los hechos tiene que ver con la sentencia del TCP firmada el jueves por los magistrados Gonzalo Hurtado y René Espada, mata a los “evistas” y determina la validez de «todos los actos de ejecución incluido el Congreso Nacional Ordinario del MAS-IPSP llevado adelante en El Alto del departamento de La Paz del 3 al 5 de mayo de 2024” este congreso fue realizado por los sectores afines al presidente Luis Arce, fue la respuesta al congreso realizado por sectores leales a Evo Morales en octubre de 2023. Ambos congresos no fueron reconocidos y aprobados por el organismo electoral debido a que no se cumplieron algunos requisitos, tanto en la convocatoria como en los congresos mismos, el Tribunal Supremo Electoral instó a ambos bloques del oficialismo a realizar un congreso en «consenso» para que sea validado. No olvidemos que el TSE ya fue “obligado” por el TCP a asistir a ese congreso de El Alto. En esa dirección no puede ahora el TCP venir a validar lo que la ley rechaza, si un estudiante pierde el año, no puede, otro profesor u otra instancia obligar a que se apruebe al alumno. ¿Qué hará el TSE? ¿reconocer lo que dijo que no puede? ¿podrá ser obligado a delinquir? Eso está penado en la Constitución. La solución: el TSE tiene todos los requisitos cumplidos para que el MAS pierda su personería jurídica, pero es con lo que ponen las gallinas.