#pederastia #impunidad EL CURA QUE VIOLÓ A 30 NIÑOS EN TAPACARI, AHORA TIENE 51 AÑOS Y ESTÁ VIVO, BOLIVIA ESPERA SU EXTRADICIÓN 

Cochabamba, 28 de septiembre, 2025.- El padre Juanjo, violó sexualmente a 30 niños en Tapacarí, huyó a su país, Uruguay, y ahí permaneció cómodamente “escondido” durante 17 años. Finalmente, ante tanta impunidad y encubrimiento de la Iglesia Católica, fue detenido por la Interpol y se espera su extradición a Bolivia, para ser juzgado.

Tiene 51 años de edad y está vivo, a diferencia de otros sacerdotes que violaron a decenas y cientos de niñas y niños en Bolivia y sus casos se destaparon después de su muerte o ante la inminente llegada de esta.

Juanjo, Juan José San’Anna, fue denunciado por abusar sexualmente de 30 niños que tenía bajo su cuidado en un internado en Tapacari, Cochabamba, durante 2005 y 2007. Llevaba 17 años prófugo de la Justicia pese a las reiteradas denuncias y que se conocía de su paradero.

Durante todo ese tiempo, permaneció en la casa de sus padres en un tranquilo barrio de Salto, un departamento de Uruguay limítrofe con Argentina. Así lo revela una investigación del diario uruguayo El País. 

Sant’Anna que fue declarado prófugo, siempre ha estado en el mismo lugar, pero ni la Iglesia ni la Justicia de Bolivia, mucho menos de Uruguay, lo fueron a buscar. Si fue hallado por al menos tres periodista, con los que se entrevistó, admitió lo que hizo y seguió cómodo y libre en su escondite.

El periodista boliviano Erick Ortega viajó a Uruguay, en 2023 y logró ubicar sin dificultades al sacerdote denunciado. Para su sorpresa, según publicó, Sant’Anna accedió a hablar. En la entrevista, el exreligioso se declaró “recontra arrepentido” y dijo “Yo me pregunto qué me pasó para terminar así, para desbarrancarme de esa manera”, confesó. También afirmó que desde aquellos hechos “dejó de vivir”, y así continuó libre, con esporádicos paseos por su barrio.

En Bolivia, Sant’Anna dirigía un internado en la localidad de Tapacarí. Allí, según múltiples testimonios, abusó sexualmente de treinta niños bajo su cuidado. Tras estallar el escándalo, huyó hacia Uruguay y se refugió en la casa de sus padres. 

Según reveló periódico El País, de Uruguay, en su momento la Jefatura de Policía de Salto recibió un pedido de Interpol para vigilar al ex sacerdote mientras se tramitaba su extradición. Sin embargo, esa medida nunca se ejecutó. Con el tiempo, el caso quedó en el olvido y Sant’Anna continuó viviendo en el mismo lugar. 

Este cura depredador llegó muy joven a Tapacarí, dirigía el ala masculina del Internado Ángel Gelmi, que albergaba a 72 varones de entre 8 y 17 años.

Sant’Anna se presentaba como un religioso y extranjero jovial, siempre cargando su mate y jugando fútbol, rodeado de niños y adolescentes. 

ATROZ, LA IGLESIA SABÍA TODO

El entonces arzobispo de Cochabamba, Tito Solari, convocó a una conferencia de prensa en la que no respondió preguntas. Tenía una noticia dolorosa para comunicar, como recuerda el artículo de El País. “Uno de nuestros sacerdotes ha cometido abusos deshonestos contra menores albergados en uno de nuestros internados”, dijo.

Salari pidió perdón y se comprometió a colaborar con la investigación penal. Además, ofreció ayuda psicológica a las víctimas y anunció el inicio del trámite para la expulsión del cura de la Iglesia Católica, lo que se concretaría en 2011.

Cuando Solari dio la conferencia, Sant’Anna ya había escapado y la Iglesia no hizo nada más.

LOS ABUSOS Y UNA MONJA VALIENTE

El sacerdote invitaba a niños y adolescentes de entre seis y 18 años de un internado rural a ver videos a su cuarto, los encerraba con llave y los sometía a prácticas sexuales. Así surgía de los testimonios de las víctimas, que fueron consignados en mayo de 2008.

Sant’Anna fue denunciado por delitos de violación, violación inconsistente y abuso deshonesto. La Justicia boliviana lo declaró rebelde e Interpol lo halló en la ciudad uruguaya. Pero el cura siempre siguió libre.

Sobre cómo se destaparon los delitos hay dos versiones. Una indica que una religiosa del internado lo encontró en una escena comprometedora con uno de los internos. La otra versión tiene como protagonista a la misma mujer e indica que un adolescente le narró llorando lo que había vivido. Fue esa mujer la que logró poner a la luz a este criminal.

Entonces Sant’Anna se alojó en una vivienda de la iglesia y le contó a algunos religiosos que se entregaría si lo ayudaban a sanar lo que consideraba “una enfermedad”. La iglesia comenzó con una investigación interna y a los 20 días le avisó a la Policía.

Pero el cura ya había escapado.

En marzo de 2011 el sacerdote fue obligado a dejar los hábitos y nada más.

EXTRADICIÓN 

Este viernes la jefa Nacional de Asuntos Internacionales de la Fiscalía General del Estado, María Luisa Herrera, confirmó que Sant’Anna Trinidad, de 51 años de edad, fue aprehendido en Uruguay por el delito de abuso sexual con agravante.

“Ya se iniciaron todos los trámites correspondientes para ejecutar la extradición del sindicado para que responda en el país por las denuncias en su contra, considerando que existirían varias víctimas”, sostuvo según Urgente.bo.

La Comunidad Boliviana de Sobrevivientes apoyará las gestiones para su extradición y que sea sometido a la justicia boliviana.

Los cargos contra él son violación sexual, violación en estado de inconciencia (drogas) y abuso sexual.