Amparo Carvajal, presidenta de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB), rechaza la sentencia dictada contra los jesuitas españoles Ramón Alaix y Marcos Recolons por encubrir los abusos sexuales cometidos contra niños por Alfonso “Pica” Pedrajas Moreno (+) en el país.
En una entrevista publicada en Facebook por Art Richard Sánchez, la también española, Amparo Carvajal culpó a las víctimas. ¿Por qué reclaman después de 50 años? ¿Por qué no dicen todo lo que han recibido de esa misma gente que dicen que les ha afectado?”, “ellos son también culpables”, “¿qué quieren?”, dijo entre otros indignantes comentarios.
Carvajal, además acusó a las víctimas. “Si vienen a la Asamblea (las víctimas) yo podría decirles que ellos mismos son violadores de la verdad y la justicia”.
El proceso de investigación de las denuncias contra los exprovinciales Ramón Alaix, de 83 años, y Marcos Recolons, de 81, duró más de dos años, impulsado por la Comunidad Boliviana de Sobrevivientes (CBS), junto a víctimas y familiares. El pasado 2 de septiembre, el juez Samuel Vargas, del Juzgado de Sentencia Penal, Anticorrupción y Contra la Violencia hacia las Mujeres No. 4 de Cochabamba dictó la sentencia condenatoria de 1 año de cárcel.
La pena no será cumplida en prisión, por su corta duración y por el estado de salud de los condenados. Está sentencia es histórica y un importante precedente contra la pederastia al interior de la iglesia Católica en Bolivia.
Anteriormente , durante el juicio, Carvajal también envió una carta al juez solicitando priorizar la situación de los imputados por salud, un acto que las víctimas denunciaron como un “uso instrumental” de la institución, ya que, según representantes de la CBS, nunca buscaron contacto ni se preocuparon por ellas.
Recolons y Alaix fueron sentenciados por encubrir al sacerdote español Alfonso Pedrajas, conocido como “Pica”, quien abusó sexualmente de más de 80 niños, niñas y adolescentes de Cochabamba y otro departamentos de país que, durante los años 70 y 80, estudiaban como internos en centros educativos administrados por la Compañía de Jesús en Bolivia.
Hay denuncias sobre más abusos y violaciones sexuales de jesuitas a niñas y niños bolivianos. Los casos están en etapa de investigación.