
El pasado 18 de junio de 2025, el periódico El Deber presentó la encuesta ejecutada por la empresa SPIE CONSULTING. Los resultados, al día de la medición, mostraron una preferencia de voto así: Doria Medina con 24.02%, Tuto Quiroga con 22.07%, Andrónico Rodríguez con 14.69%, Manfred Reyes Villa con 9.39%, Rodrigo Paz con 5.56%, y los demás bastante más abajo.
Al contrastar estos resultados generales de El Deber con la encuesta de UNITEL, presentada el 01 de junio de 2025 –es decir, hace 17 días–, hay algo que realmente llama la atención en varios casos.
A nivel nacional, Samuel Doria Medina, quien tenía 19.1% en UNITEL, subió a 24.02% en El Deber, un incremento de 4.92 puntos porcentuales. Tuto Quiroga pasó de 18.4% en UNITEL a 22.07% en El Deber, un aumento de 3.67 puntos porcentuales. Estos incrementos resultan llamativos considerando el corto tiempo entre ambas encuestas. Los demás candidatos nacionales tienen variaciones que se mantienen dentro de un rango más esperable.
En Santa Cruz, Samuel Doria Medina muestra un incremento de 3.16 puntos, pasando del 28.5% en UNITEL al 31.66% en El Deber, un crecimiento significativo en tan corto tiempo (17 días). El resto de las variaciones en esta región están dentro de un parámetro normal.
Otro caso llamativo es en La Paz, donde Samuel Doria Medina crece 7.63 puntos, pasando del 14.4% en UNITEL al 22.03% en El Deber; una diferencia tan alta en tan corto tiempo no deja de sorprender. Las variaciones en los demás candidatos en La Paz estarían dentro de lo normal.
Finalmente, en Cochabamba, los cambios son aún más notorios: Samuel Doria Medina sube 4 puntos (del 10.4% en UNITEL al 14.40% en El Deber); Tuto Quiroga incrementa su votación drásticamente en 9.17 puntos (del 10.8% en UNITEL al 19.97% en El Deber); Manfred Reyes Villa asciende 5.72 puntos (del 18.6% en UNITEL al 24.32% en El Deber) ; y Andrónico Rodríguez desciende 2.95 puntos (del 18.7% en UNITEL al 15.75% en El Deber).
¿Son Comunes Estas Variaciones?
Diferencias así, entre encuesta y encuesta en solo 17 días, no son comunes. Uno podría entenderlas si las campañas hubieran sido más agresivas en este tiempo, o si hubiera estallado algún escándalo grande entre los candidatos. Pero de no existir estos factores, no es normal ver saltos tan significativos. Lo difícil es saber cuál de las encuestas está más ajustada a la realidad.
Todo esto me lleva a conjeturar que en alguna de las encuestadoras pudo haber existido un error metodológico, un error masivo en las mediciones. No soy experto en el tema, pero diferencias tan grandes me dejan grandes dudas.
Sin embargo, a pesar de lo dicho, creo que lo mejor será olvidarnos un poco de los porcentajes y enfocarnos en la posición de los candidatos. Para efectos prácticos, si sumamos ambos resultados solo a efectos de posicionamiento, el primer lugar lo ocupa Doria Medina, el segundo Tuto Quiroga, el tercero Andrónico, y el cuarto Manfred Reyes. Considerando los porcentajes, Manfred está bastante lejos del tercero, así que, al día de hoy, la pelea electoral parece centrarse entre Samuel, Tuto y Andrónico.
¿Lo Sucedido en las Elecciones 2020 Debería Preocuparnos?
Bajo este panorama, considero que lo más peligroso es que tanto Samuel como Tuto piensen que el balotaje podría darse solo entre ellos dos, sin importar quién esté primero o segundo. Señalo que esa posición es más que arriesgada, y ojalá el riesgo que tomen los candidatos no sea tan temerario. Para entenderlo, veamos lo que sucedió en las elecciones nacionales del año 2020.
La encuesta expuesta por Red Uno el 8 de octubre de 2020 (diez días antes de las elecciones) arrojaba estos datos: Luis Arce 34.0%, Carlos Mesa 27.9%, y Luis Fernando Camacho 13.8%. Entre Luis Arce y Carlos Mesa, la diferencia era de 6.1 puntos porcentuales. La suma de Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho era del 41.7%, con una diferencia de 7.7 puntos respecto a Luis Arce. Estos datos, según la encuesta, daban una gran probabilidad de una segunda vuelta entre Luis Arce y Carlos Mesa.
¿Qué Pasó Realmente? Y el Peligro para las Elecciones 2025
Todos conocemos los resultados de las elecciones de 2020: Luis Arce obtuvo un sorprendente 55%, Carlos Mesa 28%, Luis Fernando Camacho 14%, y Chi seguía con un 1%. La encuesta presentada solo diez días antes de la elección varió estrepitosamente. Luis Arce incrementó de un 34.0% a un 55%, es decir, ¡un salto de 21 puntos porcentuales! Carlos Mesa solo subió 0.1%, y Luis Fernando Camacho 0.2%. ¿Increíble, no? Pero así fueron las cosas.
Por consiguiente, el esperado balotaje no se dio, y ni siquiera se hubiera dado juntando los votos de Mesa, Camacho y Chi, que sumados apenas alcanzaron el 43%. Con estos datos, y siempre abusando de la imaginación, ¿qué nos hace pensar que algo similar no pueda suceder en estas elecciones de 2025? Faltan aún 56 días para las elecciones, tiempo en el que todo puede pasar. Más aún, si consideramos que, de los tres mejor posicionados, Andrónico fue el último en empezar su campaña.
El punto es que sería una locura pensar que incrementos sorprendentes y hasta milagrosos, como los que se dieron en 2020 a favor de Arce, no puedan darse ahora a favor de Andrónico. Por eso, confiarse en que el MAS (en cualquiera de sus vertientes) está derrotado, y que no tendría opción de llegar a un balotaje que se dará entre Samuel y Tuto, sería un suicidio y jugar con el futuro de la patria.
Profundizando Aún Más: El Gran Número de Indecisos y el Caso del Bunker
De la mano con lo anterior, hay algo muy importante a considerar. La encuesta de UNITEL estableció una cantidad de indecisos considerable, y la de El Deber un 57.70%. Si el Tribunal Supremo Electoral estima que el Padrón Electoral podría ascender a 7.6 millones, basándonos en la última encuesta de El Deber, significa que todavía existen 4.38 millones de votantes que no han decidido su voto.
A esto, sumemos la intención de voto que hizo conocer El Bunker. Aquí quiero ser claro: El Bunker no hace una encuesta de sondeo, sino que impulsa una votación a través de una aplicación móvil. Si bien reconozco la buena intención, las votaciones que refleja suelen estar muy alejadas de la realidad de las urnas. ¿Por qué? Porque esto depende mucho de la capacidad de movilización y la activación organizada que puedan tener las diferentes campañas para recolectar esa «intención de votos», más allá de la preferencia espontánea del electorado.
Pensemos en cómo esto puede influir: una campaña con una estructura sólida y disciplinada, capaz de activar a sus bases y simpatizantes para participar en esta votación digital, puede generar un volumen de votos considerable. Si, como se comenta, se logra motivar a estos círculos y a sus allegados a ingresar a la aplicación, el impacto en sus resultados puede ser significativo. Es por eso que, mientras en todas las encuestas tradicionales, ciertos candidatos aparecen en un cuarto lugar, en las votaciones de una plataforma como el Bunker, ¡pueden aparecer peleando el primer puesto con diferencias mínimas!
Esto nos muestra cómo cualquier campaña con capacidad de organización puede impulsar masivamente este tipo de votaciones, sabiendo que, a pesar de no ser encuestas representativas, sus resultados pueden generar una percepción inflada y engañosa.
De todas maneras, quiero rescatar que las votaciones del Bunker señalan la participación de 1 millón de personas. A primera vista, la cantidad impresiona, pero si consideramos que en esta votación no participó ningún candidato llamémosle de la línea masista, y que según datos del TSE de 7.6 millones de posibles votantes, la votación del Bunker apenas alcanza el 13.16%. Es decir, falta por conocer la intención de voto de 6.6 millones de personas.
Con estos datos, queda claro que existe un margen enorme de indecisos que podría cambiar drásticamente la historia que muestran las encuestas. Hubiera sido un buen indicador si en las encuestas se hubiera preguntado: «¿Si usted aún está indeciso por un candidato, su indecisión es entre candidatos de oposición, entre candidatos del oficialismo, o entre todos?». Así, al menos se podría estimar la posición como bloque de la oposición y la del oficialismo.
La Advertencia Final
Como se puede ver, a 56 días de las elecciones, la cantidad de indecisos es sumamente alta. Así que, para el bloque de oposición, hay mucho trabajo por hacer en la conquista del electorado y, sobre todo, en no ser tan inocentes de pensar que podría existir un balotaje entre Samuel, Tuto o incluso una figura emergente como Jaime Dunn, quien, aunque aparece intermitentemente en las encuestas, cuenta con una considerable cantidad de simpatizantes, y que el masismo (refiriéndome a todos los candidatos que provienen del MAS) está muerto.
No quiero ser fatalista y menos negativo en la gran oportunidad de cambiar de régimen de gobierno, pero no hay peor cosa que olvidarnos de la historia, porque eso nos lleva a cometer los mismos errores. ¿Quién puede asegurar que no haya una sorpresa como la del 2020 y que aparezca un alza increíble a favor de algún candidato del masismo? ¿Por qué podría darse un alza inesperada como la ocurrida en 2020? Ahí se los dejo a su imaginación.
De lo único que estoy seguro es que, si la oposición se equivoca en su cálculo político y el masismo vuelve, quedarán como los más grandes traidores de la patria. Insisto: Arce, Evo y muchos más de su entorno requieren asegurar impunidad por los muchos delitos que serán investigados y que ellos lo saben. Por eso, yo prefiero no caer en la ingenuidad o el conformismo de que alguno de la oposición tiene asegurada la elección. A Carlos Mesa le pasó, y ya sabemos el resultado. Que la soberbia y el egoísmo no se sobrepongan a la razón, es solo eso lo que quiero llamar la atención con el presente artículo.