Cochabamba, 6 de junio de 2025.-Fueron golpeadas, apuñaladas, estranguladas, quemadas y estuvieron demasiado cerca de la muerte. Sobrevivieron de milagro, por una razón ajena a las intenciones de los feminicidas que ya habían decidido matarlas.
Entre el 1 de enero y el 3 de junio de 2025, en Bolivia, 65 mujeres casi engrosaron la larga lista de víctimas asesinadas por la violencia feminicida, que busca destruir generaciones en la nación.
En cada una de estas 65 mujeres han quedado graves secuelas. Unas físicas y otras emocionales con las que deben lidiar, desde el ataque que han sufrido.
Pueden enfrentar desde un estrés postraumático que las paraliza de miedo a la hora de hacer tareas naturales y cotidianas de su hogar, hasta secuelas como la invalidez, la discapacidad en un miembro de su cuerpo, o el dolor intenso y recurrente de cabeza, de piernas, brazos, torso, columna que no las deja concentrarse en sus trabajo o en sus quehaceres.
La tentativa de feminicidio es un delito de orden público y lo comete la persona que mediante actos idóneos o inequívocados comenzare la ejecución de un feminicidio y no lo consumare por causas ajenas a su voluntad.
Esta persona será sancionada con dos tercios de la pena establecida para el delito consumado. En este caso, la pena del delito de tentativa de feminicidio alcanza a 20 años de cárcel, porque el feminicidio se sanciona con 30 años de reclusión en Bolivia.
La Paz y Cochabamba concentran el 65% dl total de las tentativas de feminicidio en el país. La Paz registró 26 casos y Cochabamba 16.
En Santa Cruz hubo 9 casos, en Tarija; en Oruro 3, en Chuquisaca 2, en Potosí 1, en Beni 1 y en Pando 1, de acuerdo a los datos oficiales de la Fiscalía General del Estado de Bolivia.